martes, 31 de marzo de 2009

ECONOMÍA BID: Crisis afecta perspectiva de crecimiento a largo plazo de América Latina y el Caribe

Multilaterales necesitan cambiar sus políticas y promover préstamos a largo plazo para ayudar a los países de la región, sugiere estudio del BID

La crisis financiera mundial tendrá efectos negativos importantes en América Latina y el Caribe, incluso si los países ricos empiezan a recuperarse en el 2010, sostiene un estudio elaborado por el Departamento de Investigaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El promedio anual de crecimiento de las siete economías más grandes de la región – Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela – podría disminuir a 1,9 por ciento durante el período 2009 - 2013, si los países desarrollados comienzan su recuperación económica en el segundo semestre de este año. Sin embargo, el crecimiento puede disminuir a solo 0,1 por ciento en los próximos cinco años si la recuperación en Estados Unidos y Europa toma más tiempo que lo esperado. Los siete países crecieron en conjunto 5,8 por ciento entre 2003 y 2007.

Los resultados del estudio "Política de Compensaciones en una Época sin Precedentes: Confrontando la Crisis Mundial en América Latina" fueron presentados hoy en una reunión especial con la Asamblea de Gobernadores del BID. Representantes de los 48 países miembros del Banco se encuentran reunidos en Medellín, Colombia, desde el 29 hasta el 31 de marzo para discutir el impacto de la crisis financiera mundial y el modo en que el BID puede incrementar su apoyo a la región.

Una prolongada recesión económica en los países ricos, combinada con una reducción de los flujos de capital, podrían deteriorar la situación fiscal, la liquidez y el sistema bancario de varios países en la región. En consecuencia, los gobiernos necesitan estar conscientes de los efectos de una política de compensaciones. En algunos casos, las medidas que promueven el crecimiento en el corto plazo pueden terminar incrementando los riesgos de un desorden fiscal y de problemas de liquidez en el mediano plazo.

"América Latina y el Caribe se encuentran hoy mejor preparados para enfrentar los impactos de la crisis financiera debido a sus bajos niveles de endeudamiento y de deuda dolarizada, sus pequeños déficits presupuestales y sus altos niveles de reservas internacionales", dijo Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID. "Pero aun así, sufrirán los efectos de la crisis. Dependiendo de cuán rápidamente se expanda al resto del mundo, el daño colateral de la crisis se sentirá en los años venideros y en consecuencia las políticas necesitan diseñarse para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad, mientras se asegura la sostenibilidad macroeconómica".

La crisis puede provocar que las siete economías más grandes de la región tengan déficits presupuestales en los próximos años, contrastado con un superávit combinado de 1,6 por ciento del producto interno bruto en 2007. El déficit se puede incrementar a 2,6 por ciento del producto interno bruto el próximo año, tomando en cuenta un escenario en el cual los países desarrollados recién empiecen a recuperarse a fines de 2009. Sin embargo, el déficit puede incrementarse a 5 por ciento de su PIB en 2011 si los países ricos toman más tiempo en recuperarse.

También se espera que el endeudamiento se incremente alrededor de 2013 desde un mínimo de 27 por ciento de PIB en 2008. La proporción total deuda-PIB de los siete países puede subir a 34 por ciento si la recuperación comienza este año. En cambio, si los países desarrollados requirieran más tiempo para materializar su recuperación, la tasa  puede subir hasta 49 por ciento.

Propuestas para el Apoyo Multilateral

Las siete economías más grandes de la región necesitarán US$ 400.000 millones en los próximos dos años para cancelar el vencimiento de la deuda pública y eventualmente pueden necesitar otros US$ 200.000 millones adicionales para financiar su creciente déficit presupuestal. Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela representan el 91 por ciento de la producción de América Latina y el Caribe.

El apoyo multilateral será "vital" para la región, especialmente si el acceso a los mercados crediticios permanecen limitados por varios años. Para evitar una precaria situación financiera, las multilaterales necesitan involucrarse y desempeñar en esos países el mismo papel que cumplen los gobiernos con un mejor acceso al crédito para canalizar fondos al interior de sus propios países.

"La pregunta no es si las multilaterales deben desempeñar un papel en la crisis actual, sino cuál es la mejor manera para canalizar sus intervenciones", dice el estudio.

La investigación también recomienda que el sistema multilateral debe ayudar a los países a obtener gradualmente estructuras fiscales sostenibles, mientras se protege a los programas sociales y se incrementa la productividad. Además, las instituciones multilaterales deben cambiar sus políticas para promover un financiamiento a largo plazo, en lugar de préstamos de emergencia de corto plazo.

La coordinación de políticas es un componente clave para que el apoyo de las multilaterales sea efectivo. Cuando sea necesario, el Fondo Monetario Internacional debería ayudar a los países a asegurar un marco macroeconómico consistente, para prevenir en ellos un deterioro de su situación fiscal y de su endeudamiento, además de una crisis de liquidez. Mientras tanto, instituciones de desarrollo regional como el BID, deben ayudar a diseñar políticas para que los países cosechen los mejores beneficios sociales y asegurarse que las políticas adoptadas no sean un obstáculo para lograr un futuro crecimiento de la productividad.

Políticas Sociales y Laborales en Épocas Difíciles

En base a las crisis anteriores, se espera que el empleo formal decaiga más en las pequeñas y medianas empresas, que representan dos tercios del empleo y hasta el 40 por ciento del PIB de la región, sostiene el estudio.

Además, si no se encara desde ahora, la crisis puede tener efectos perjudiciales en educación y salud, ya que puede provocar que los hogares y los gobiernos corten sus gastos en servicios. Los datos que proceden de 59 países en desarrollo muestran que durante los períodos de crisis, en especial en aquellos de larga duración, se produjeron incrementos sustanciales en los índices de mortalidad infantil. Esa es la razón por la cual el estudio enfatiza la importancia crucial de programas sociales efectivos.

 "El reto es desarrollar una red de seguridad social que promueva la productividad, mientras se protege el bienestar", dijo Levy.

Fuente: OP. BID

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